martes, 16 de octubre de 2012

Tarta mexicana

Sólo en cierta inspiración. Fue una idea al pasar. Si fuera menos improvisada habría hecho una versión mejor que comentaré más abajo.
La idea fundamentalmente fue hacer una masa con harina de maíz. No me animé a mucho y la usé en combinación con otras harinas.
O sea:
Para la masa:
  • 1 taza de harina de trigo integral
  • 1 taza de harina de trigo blanca
  • 1 taza de harina de maíz.
  • 2 cucharadas de aceite
  • Agua para unir (siempre resulta menos de lo que parece que va a necesitar, así que con cautela).

Ponemos las tres harinas en un bol (me gusta moverlas para que se integren, pero es capricho creo), agregamos el aceite, la sal, la pimienta y el comino y mezcalmos un poco. Agregamos el agua, movemos un poco más y pasamos a la mesada. En estas masas no hace falta amasar más allá de lo suficiente para que se forme el bollo. Con harina en la mesada y en el palote estiramos en la forma que vayamos a usar (yo uso un molde de budín de unos 20 cm de largo para las individuales), ponemos en el molde y vamos a los horno unos 10 o 15 minutos.

Para el relleno:
  • Ajíes rojos y verdes en cantidades iguales (usé medio verde pequeñito y algo así como un tercio de uno rojo más grande).
  • Una cebolla mediana.
  • Un tomate pequeño.
  • Trocitos de queso a gusto (el queso y la cantidad de trocitos).

Cortamos todo en daditos, como para hacer ensalada criolla. Cuanto más parejo más lindo. Salteamos la cebolla con un poquito de aceite para quitarlo lo fiero y después de unos minutos agregamos los ajíes. Personalmente, no me gusta cocinarlos mucho así que los dejé como para que se hicieran amigos de la cebolla y nada más. Si les gusta cocinarlos más se puede, pero recuerden que después se siguen haciendo dentro de la tarta.
Colocamos todo lo que salió de la sartén en la masa salida del horno. Si hizo mucho líquido conviene escurrir y, además, poner un poquito de avena en la base de la masa para que absorba lo que vaya a soltar en el resto de la cocción. Arriba de los ajíes, colocar el tomate. De nuevo, se puede mezclar, ponerlo arriba es un capricho que intenta evitar un exceso de humedad. Para terminar, algunos trocitos de queso.
Hubiera estado interesante ponerle una base de porotos colorados. Creo hubiera ayudado a lo mexicano, al color, al sabor y a la textura. De yapa, también hubiera ayudado a no humedecer la masa. Igual la masa no se humedeció tanto y estaba riquísima, pero creo en la infinita perfectibilidad de los platos.

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